sábado, 15 de agosto de 2020

La/ Poesía Los/ Poetas en México como YO/ los veo: El/ Poema

Marco Fonz


Es la primera vez en la historia de la poesía en México que existe un número indeterminado de personas escribiendo poemas y leyendo poesía. La salud de la poesía en nuestro país no podría estar mejor. Por todas partes del territorio nacional surgen poetas como burbujas de jabón. El peligro será que revienten como esas burbujas. Para muchos este número excesivo de poetas no es tan bueno. Hay cantidad pero no calidad, dicen. Y esto no se podrá comprobar hasta muchos años después, lamentablemente. Hay escuelas de escritores, talleres de poesía, universidades con programas especiales para ser escritor, editoriales independientes que publican a todo señor, señora, joven maldito y otros que traigan bajo su brazo un puñado de poemas y dinero para la publicación. Toda una gama de propuestas para ser El Mejor Poeta de México. Muchos poetas por todas partes, malos poemas en su mayoría y casi nada de la poesía excelsa y superior a cualquier mortal.

    Pero esto no debe preocupar a quien tan entusiasta apoya a todo cuanto sale de la nada y dice “yo también soy poeta”. Por el contrario hay que apoyar a todo cuanto brinque y diga “este poema es mío”. Porque de todas formas la musa de la poesía lo estará empujando a la inmortalidad y nos perderemos de no haberle apoyado.

    Pero aún con tan buena salud a nuestra poesía nacional le acechan varios peligros. Uno de ellos es el aferrado provincianismo, el mal provincianismo, el que tiene miedo al cambio, el que no le gusta la experimentación, el que prefiere los poemas narrativos y bien escritos. El provinciano con miedo a la libertad del propio poema. López Velarde está bien, pero con él no se acabó la poesía en México. Todo está por escribirse todavía. El otro peligro es cuando llegan poetas extranjeros a querer decir quién es el gran poeta en México. Como si no tuviéramos ya suficiente con los poetas oficiales y apoyados siempre por las instituciones de cultura y uno que otro fondo. Y aunque creo que todos somos extranjeros no me gusta mucho esa actividad de dividir o separar sólo por afinidades sexuales o económicas. Ése es el otro peligro para la poesía en México: todavía hay escritores de poemas que pretenden vivir en los tiempos de Reyes o Paz. Con sus grupos que se quieren tanto y otros que no se quieren pero se soportan por el presupuesto de los consejos o instituciones de cultura. Estos grupos de “poder literario”, que sólo trabajan con sus amigos, como los viejos políticos, han asfixiado programas que con gran trabajo iban creciendo y que lamentablemente terminaron de matar y ahora son programas zombis como el de Tierra Adentro. El otro peligro es hacer de la poesía una red social como si esto fuera "haz tu poema y te diremos amigo o pertenecerás a nuestro grupo", algo así. Otro caso son los poetas jóvenes malditos en México. Espejismos dentro de espejismos. Peligro los poetas políticos o funcionarios públicos. Los revolucionarios o panfletarios, los poetas únicamente universitarios, los que no salen de sus encuentros de poetas, los que viajan y publican “independientes” apoyados por Conaculta u otras instituciones. Los poetas que se creen eso de poesía femenina, poesía gay, poesía indígena, poesía de amor y otras cosas como extrañar a un amante en la cama. Los poetas que han hecho de la competencia animal una verdadera carrera poética; poetas que compiten por la beca, el premio, la publicación, los trabajos de corrector y los sueldos por ensayos o columnas o críticas o reseñas, claro casi siempre sobre sus propios amigos que necesitan de esos escritos para continuar compitiendo por todas las miserias que ofrece un Estado ya no paternalista, sino que más bien parece un hombre golpeador (como bien dice Tanya). Sobre los temas, las formas y la estética que los poetas mexicanos prefieren para escribir sus poemas, siguen vigentes las influencias europeas y sudamericanas. Esto no es malo, por el contrario hay que llenarnos de esas influencias. El peligro es que hay que saber separarse a tiempo y con base en ellas proponer algo que no tenga nombre ni edad ni forma todavía pero que se crea completamente y con pasión en ello. Y el otro peligro es que siempre se quiera la autorización o la comprobación de Europa o Sudamérica para pensarse o sentirse un poeta. Peligros, peligros y más peligros tiene que pasar un poeta que quiere decir algo verdadero y que con todo lo anterior se ve forzado a huir de tanta producción poética.

Afortunadamente dentro de tanto marasmo existen seres que continúan el oficio de escribir poemas de una forma natural, sin prisa, ni miedo, ni compromiso alguno. Los que viven y respiran poemas sin falsas posturas, ni complacencias y con toda la claridad de que la poesía tiene sus propias reglas y su propio tiempo. Que la poesía es autónoma y no vive bajo ninguna ley humana.

Esto significa que los poetas o los poemas o la poesía que ahora se está escribiendo en México son como un humus que anuncia de manera precisa a los futuros POETAS que llenarán al mundo con sus poemas y que continuarán la labor de aquellos que hicieron de las palabras la manera de entrelazar al espíritu humano con el espíritu de la naturaleza.

Así que YO veo a la poesía de mi país burbujeante y llena de delirios, funestos pero necesarios para la creación del poema. 

Tlalpan, 2009




"Traición"

Javier González Galindo 2013.


Publicado en Gaceta Cariátide Brevedades Literarias Año 6 Num 9 Invierno 2015.





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